Salud

La esclavitud comienza por la boca (el Flúor)

Médicos profesionales y científicos han advertido que la fluoración del agua trae peligrosas consecuencias a largo plazo para la salud. Durante más de 50 años, el gobierno de EE.UU. y los medios de comunicación han pregonado el flúor como un medio seguro y eficaz para reducir las caries, especialmente en los niños. Sin embargo, el flúor no es una sustancia inocua y benevolente con la que han convencido al público. Diarias dosis de flúor, como arsénico y plomo, que se acumulan en nuestro cuerpo han sido relacionados con Cáncer, diabetes, trastornos de la tiroides y neurológicos, desequilibrios hormonales, enfermedades cardíacas, artritis y osteoporosis.
Fluorización del agua de consumo

Algunos científicos cuestionan que valga como preventivo y afirman que sólo funciona cuando ya hay una caries o el agua que se consume es especialmente deficitaria en flúor. En algunos países como Suiza ya hace décadas que se dejó de flúorar sus aguas y en otros como Bélgica, se han retirado del mercado todos los productos “enriquecidos” con flúor (chicles, tabletas, enjuagues dentales o colutorios, etc.) ya que no hay unanimidad sobre la dosis mínima segura.

Cada día son más numerosas las publicaciones científicas sobre los efectos perjudiciales del flúor. Los doctores Burker, antiguo jefe de la división de citoquímica del Instituto Nacional del Cáncer, y Ylamouylannis, director científico de la Federación Nacional de Salud de Estados Unidos, informaron en 1975 del aumento de un 19% en el número de enfermos de cáncer en las ciudades con abastecimiento de agua florada. Rapaport (1963) destacó el significativo paralelismo existente entre la concentración de flúor en el agua para beber y la incidencia del mongolismo. Cadell (1977) sugiere la existencia de una relación entre la “muerte de los lactantes” y el exceso de flúor en la dieta.

El flúor en exceso es un veneno, un inhibidor eficaz de los enzimas asociados con el metabolismo respiratorio y con el mecanismo de su oxidación celular.

¿Dónde está realmente la evidencia de que el flúor añadido al agua y en concentraciones de hasta 1 mg/1 sea inocuo (concentración que se le añade al agua de consumo)? Su inocuidad no ha sido demostrada y existe una creciente evidencia en el sentido contrario. La fluoración del agua potable supone un impacto contaminante que puede traer consecuencias muy graves para los ecosistemas hídricos y su diversidad biológica. Está claramente reconocido que los seres vivos, cuando ingieren flúor, lo acumulan en gran parte en su organismo, lo que puede ocasionarles alteraciones bioquímicas y morfológicas. Estos cambios pueden modificar, directa o indirectamente, las biocenosis en los sistemas naturales y disminuir la capacidad de los organismos para mantener su posición ecológica.

Toxicidad del flúor

El exceso de flúor es muy tóxico y puede provocar la Flúorosis que provoca el efecto opuesto al que buscábamos, ya que debilita el esmalte (provocando más caries) y debilita nuestros huesos (más descalcificación y osteoporósis). El exceso de Flúor o Flúorosis es irreversible y produce trastornos en el cerebro (debilita las facultades mentales y provoca un efecto mental sedante continuo). Un exceso de flúor puede decolorar o manchar los dientes para siempre.

Existen una serie de factores que favorecen el exceso de flúor, estas son algunas de ellas:

  • Consumo abusivo de tabletas o chicles enriquecidos con flúor.
  • Uso de pasta de dientes.
  • La contaminación ambiental (las empresas que manipulan o transforman Aluminio) también favorece el exceso de Flúor a través del aire.
  • El uso de sartenes u otros utensilios hechos con teflón. Tenerlos siempre en buenas condiciones ya que si están muy rayados pueden ir liberando flúor.
  • Agua mineralizada (averiguar si es o no fluorizada).

Fuentes de flúor en los alimentos:

Sal fluorada, Coles, Lechuga, Espinacas, Naranjas, Rábano, Trigo, Albaricoque, Tomate, Papas, Espárragos.

  • http://es.sott.net/article/5612-Peligro-agua-fluorada.
  •   Guía de Medicina Natural, Salud y Curación, Volumen Primero, Carlos Kozel, Ediciones Omedin, España, Decimosegunda Edición 1991: 50-68.

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