Considerando a Cristo: El Centro de Nuestra Fe
Introducción
En Hebreos 3:1, se nos exhorta a considerar a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe. Este mandato resume el corazón del cristianismo y nos invita a centrar nuestra atención en Cristo, quien es nuestra única esperanza de salvación.
Contenido:
El Rol de los Ministros del Evangelio
Los ministros del Evangelio tienen la responsabilidad de mantener a Cristo en el centro de su predicación. Como dijo Pablo en 1 Corintios 2:2, su enfoque debe ser exclusivamente en Jesucristo y su crucifixión. Esto no solo se aplicaba a los corintios, sino a todos los gentiles, como se menciona en Gálatas 1:15-16 y Efesios 3:8.
Por Qué Considerar a Cristo
La razón principal para magnificar a Cristo es que Él es el único nombre bajo el cielo dado a los hombres para la salvación (Hechos 4:12). Jesús mismo declaró: “Nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Además, en Juan 3:14-15, se nos recuerda que Cristo fue levantado en la cruz para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.
Cristo: Nuestra Sabiduría y Justificación
En Colosenses 2:3, leemos que en Cristo están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento. Pablo nos recuerda en 1 Corintios 1:30 que Cristo nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención. Esto nos lleva de la ignorancia y el pecado a la justificación y la redención.
Cómo Considerar a Cristo
Debemos considerar a Cristo tal como se reveló a sí mismo en la Biblia. En Juan 5:21-23, Jesús habla de su autoridad divina y el juicio que ha sido encomendado a Él. Como dice Juan 1:1 y 14, Cristo es el Verbo que se hizo carne, y en Él reside la gloria del unigénito del Padre.
Conclusión
Considerar a Cristo constantemente nos transforma y nos da la fortaleza necesaria para no desmayar en el camino. Como dice Hebreos 12:2, Cristo sufrió la cruz por el gozo que le esperaba, y ahora está sentado a la diestra del trono de Dios. Fijemos nuestros ojos en Él, el autor y consumador de nuestra fe.
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